En los últimos años de mi vida he conseguido aunar mis dos pasiones: mi amor por el arte y mi experiencia como artista plástica con mi trabajo docente como maestra de Educación Infantil.

Mi inclinación por el arte y la estética en sentido amplio, así como su concreción en la pintura, se inicia desde mi niñez en mi Córdoba de nacimiento y crianza. Tras años de desenvoltura autodidacta como pintora y amante del arte, el devenir de la vida me llevó a trabajar con niños diseñando y llevando a cabo distintas acciones tallerísticas en el ámbito extraescolar. Así fue como descubrí mi amor por la docencia desde las más tempranas edades, lo que me motivó a cursar estudios universitarios de Magisterio de Educación Infantil y Psicopedagogía. Desde ese momento he intentado indagar y practicar en mis dos pasiones.

Para ello he configurado mi labor en distintos ámbitos como: investigación en departamentos universitarios, formación especializada en comunicación del Arte, proyectos didácticos en museos, publicaciones didácticas sobre arte e infancia, divulgación mediante ponencias y comunicaciones. Quiero destacar claramente que desde 2001 realizo mi labor docente como maestra de Educación Infantil en la comunidad de Madrid, fuente ésta de inquietos y hondos, siempre vívidos, procesos de enseñanzas y aprendizajes. A la vez, pero con un camino sinuoso, convive mi experiencia como amante del arte y como pintora.

Entre finales de los años noventa del siglo pasado e inicios del actual viví un período como pintora caracterizado por la dafneización de los temas. Todo, las mujeres que anteriormente fueron las protagonistas, se convirtió en motivos vegetales, tanto los temas, como las formas, como los propios materiales provenientes de hojas y pétalos, y su trabazón en texturas. Y la influencia y amor por Matisse siempre presente se hizo más intensa (quizá algunos de estos cuadros son los mejores para mí.

Tras un año y pico de interina obtengo en 2004 la plaza de maestra de Educación Infantil en Madrid. Desde los inicios en mi trabajo como maestra empiezo a encontrar serios desajustes entre el entorno LOGSE en el que me andamié en la facultad o la formación personal como docente que había configurado y la tosca praxis diaria de la enseñanza. Promovida por esto empiezo a desarticular lo aprendido y lo encontrado, y a andamiarme nuevamente asistiendo a cursos de formación como los recibidos en los antiguos CAPs. Es aquí donde me encuentro con el núcleo del conflicto entre la formación psicopedagógica actualizada y la escuela real. Este desencuentro me supone una honda crisis profesional y un giro copernicano en mi docencia.

En los últimos lustros he intentado vivir en la escuela todo lo que he indagado y estudiado, dando toda mi energía. Sin embargo, la involución de la enseñanza viene empobreciendo las posiblidades expresivas y artísticas de maestros y alumnos. Aún así hay maestros que seguimos plantando las semilla negra.

En este tiempo, paso escasos días en Córdoba. Cuando estoy allí siempre vuelvo a recorrer, a tomar mínimas líneas, y a embeberme en la sinestesia del entorno de la campiña de La Rambla. Y en casi los últimos diez años los motivos, los temas y las formas de mis cuadros son en ausencia los de allá, iniciándose así las serie o el ciclo de Tentecarretas.

 
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